La mayoría de las niñas
sueña con un día ser madre, de hecho, estadísticamente, es el sueño número uno
entre las mujeres; lo que pocas mujeres se imaginan, es que dicho sueño, puede
convertirse en algo muy doloroso. El no poder tener un hijo, el tener un hijo
extremadamente conflictivo, el perder un hijo, etc. Suelen ser experiencias muy
dolorosas.
A diferencias de las
mujeres de hoy, las de la antigüedad consideraban el no tener hijos, como sinónimo de vergüenza,
oprobio y sufrimiento.
Dios diseñó a las
mujeres para ser madres, para concebir y dar vida. En la mujer hay un deseo
natural de criar, dirigir y proteger hijos, de manera que aun cuando no tiene
hijos propios, ejerce como madre de los hijos de otra, porque está en su
naturaleza.
En estos días, llegó a
mis manos, una carta testimonial de una amiga, en la que cuenta su experiencia,
de su lucha diaria, para cumplir con el sueño de ser madre… Y así como ella,
hay muchas mujeres, que se encuentran en las mismas circunstancias, o parecidas.
Ella se animó a contar su sentir, por lo que quise compartirla con todos Uds.,
como un ejemplo de Fe, lucha, perseverancia y aceptación…