Dijo Jesús: "Dejad que los
niños vengan a mí, porque de ellos será el reino de los cielos", se refiere a
que todo aquel que se comporte como un niño encontrará la paz interior, es
decir estará en el reino de Dios.
No importa si eres hombre o mujer, niño, adolescente,
adulto o anciano; tú tienes todo el derecho de estar en armonía con Dios y
contigo mismo(a). Un niño es libre porque él hace lo que quiere, si quiere reír
ríe, si quiere llorar llora, hace su berrinche en el momento exacto, él es
espontáneo, ni antes ni después. El niño es un ser autentico, es solo ser, ser
corazón. No usa su mente para usar
juicios ni prejuicios, no tiene miedo, ni se hace preguntas, si lo hizo bien o
no. El niño pequeño no guarda rencores, ni odio a nadie, se enoja en el momento
con quien tiene que enojarse y pasa al rato; y con quien se peleó, tiene la
capacidad de abrazarlo con todo su amor, porque el sólo fue corazón; hasta que
el niño empieza a tener uso de razón, es cuando empieza a sufrir, porque lo
empiezan a educar para que use su mente, ya sea en su casa, escuela o en la
sociedad. En un ser espiritual, la mente sólo es un subordinado del corazón, es
decir, siento y luego pienso lo que siento. Esto es para no sufrir. Porque aquel que usa su mente primero, seguro
sufrirá. Pon tu mente en paz, y siente a la vida como parte de ti, vive la vida
y transfórmate en niño, busca tu niño interior. El niño no se equivoca
ensayando y preparándose para dar el primer paso y cae al suelo…
Se equivoca aquel que por
temor a caerse, renuncia a dar el primer paso,
Todos somos para Dios sus
niños, sus hijitos. Dios no tiene hijos adultos, como tú, padre o madre, que
tienes hijos, siempre serán tus niños, así tengan 40 o 50 años, no importa, son
tus hijitos.
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