De un piano viejo, con sus teclas flojas, salía
melodiosa música, en la sala de un teatro, repleto de gente, que atenta
escuchaba.
Frente a él, Papá ejecutaba los sonidos de un
tren, que con fuerza arrancaba, y lentamente, mientras el silbato sonaba y se
mezclaba con la melodía, este avanzaba.