Los indios americanos decían que el invierno es un tiempo en
el que la Tierra debe descansar de su función dadora y nutriente: “ella
necesita este tiempo para renovar fuerzas para su propio viaje…” Se refieren al
viaje que deberá hacer la Tierra de regreso al Sol. Decían que la nieve que
cubre la tierra es una manta regalada por el cielo para cubrir a su esposa, la
tierra, mientras duerme. Porque es el momento en que la Madre Tierra necesita
soñar para que su espíritu se re conecte con el misterio de la vida. Es un
tiempo para sueños que nos guíen… para mirar hacia adentro y ver quiénes somos
hoy y a dónde vamos.
Al abrir direcciones en su ceremonia de solsticio, recitaban
esta plegaria mirando al norte:
Gracias por toda la belleza que he conocido en esta vida,
agradezco también el frío de mi pena, que me permite apreciar la calidez del
júbilo, y saber que sin pena no habría júbilo así como sin oscuridad no habría
luz.
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