Cuando eres consciente de lo que mereces, y por fin, te lo concedes, y
aprendes a priorizarte un poco más a ti mismo, llegará lo que necesitas en
realidad. No es magia, simplemente es nuestra propia voluntad para ser felices,
para tomar las riendas de nuestra vida. Empezaremos proponiéndote una pequeña
reflexión. ¿Qué es lo que crees que te mereces al día de hoy?
Puede que hayas
pensado en un descanso. En permitirte que el tiempo discurra un poco más despacio
para poder así, apreciar todo lo que te rodea. Disfrutar del "aquí y
ahora”, sin estrés, sin ansiedad.
Es posible que hayas pensado
también “que mereces alguien que te quiera”, que te reconozca un poco más.
Sueles esforzarte mucho por los demás y no siempre ven todo aquello, a lo que
has llegado a renunciar.
Todos, en nuestro interior,
sabemos qué es lo que merecemos. No obstante, el reconocerlo es algo que a
veces nos cuesta, porque pensamos que puede llegar a ser una actitud egoísta.
¿Cómo decir en voz alta cosas como “necesito que me quieran”, “merezco tener
libertad y tener las riendas de mi vida”? En realidad, basta con decírnoslo a
nosotros mismos.
No debemos equivocarnos, porque
priorizamos un poco más, no es una actitud egoísta. Es una necesidad vital, es
poder crecer interiormente para ser felices.
Las actitudes limitantes
Muchos de nosotros solemos
desarrollar a lo largo de nuestra vida, muchas actitudes limitantes. Son
creencias en ocasiones inculcadas durante nuestra infancia, o incluso desarrolladas
posteriormente, en base a determinadas experiencias.
Son esos pensamientos expresados
en frases como “no valgo para nada”, “yo no soy capaz de hacer eso, fracasaré”,
“¿Para qué intentarlo, si siempre me salen las cosas mal?”
Una infancia complicada, con unos
progenitores que nunca nos dieron seguridad, o incluso relaciones afectivas
basadas en la manipulación emocional, suelen limitarnos casi de un modo
determinante. Nos volvemos frágiles por dentro, y vamos poco a poco,
deshilachando nuestra autoestima.
Reestructura tus creencias. Tú
eres más que tus experiencias, no eres quien te hizo daño o quien alzó muros
para privarte de tu libertad. Mereces avanzar, mereces leer en tu interior y
reconocer tu valía, tu capacidad para ser “apto” en la vida y sobre todo,
feliz…
Lo que mereces, lo necesitas
Lo que merecemos y lo que
necesitamos, está tan unido como el eslabón de una cadena. Te pondremos un
ejemplo: “Necesito a alguien que me quiera”. Es un deseo común. No obstante,
empezaremos cambiando la palabra “Necesito” por “Merezco”.
Te mereces a alguien que sepa leer tus tristezas,
alguien que atienda tus palabras, que sepa descifrar tus miedos y ser el eco de
tus risas. ¿Por qué no? Al cambiar la palabra necesidad por merecer, eliminamos
ese vínculo de apego tóxico que en ocasiones, desarrollamos en nuestras
relaciones afectivas.
Si necesitamos algo para ser felices, nos volvemos
cautivos de nuestras propias emociones.
Empieza por ti mismo. Sé tú la persona que quisieras tener a tu lado…
La que merece caminar, los pasos de tu vida. Al final, llegará alguien que se
reflejará en ti. No obstante, empieza también con estas importantes
dimensiones:
. Libérate de tus miedos.
. Disfruta de tu soledad, aprende a leer en tu interior, empatizar más
contigo, a la vez que con los demás.
. Cultiva tu crecimiento personal, disfruta de tu presente, de lo que
eres y de cómo eres.
. Aprende a ser feliz con humildad, desactivando el ego, madurando
emocionalmente.
Priorizarse a uno mismo, no es
ser egoísta
Muchas veces, seguimos siendo prisioneros de esos pensamientos
limitantes, explicados al inicio. Hay quien encuentra su felicidad, dándolo
todo por los demás: cuidando, atendiendo, renunciando a ciertas cosas por los
demás.
Es posible que nos educáran así. Ahora bien, siempre llega un momento
en que hacemos balance y algo falla. Aparece el vacío, la frustración, el dolor
emocional.
Como todo en esta vida, existe la armonía, la conjunción de tu espacio
y mi espacio, de tus necesidades y nuestras necesidades. La vida en familia, en
pareja o en cualquier contexto social, debe construirse mediante un adecuado
equilibrio, donde todos ganen y nadie pierda.
En el momento que hay pérdidas,
dejamos de tener el control de nuestra vida, dejamos de ser
protagonistas para convertirnos en actores secundarios. Reflexiona durante un
instante en estas breves ideas:
. Merezco un día de
descanso, para mí mismo, en soledad. Esto me ofrecerá lo que necesito: pensar,
liberarme del estrés y relativizar las cosas.
. Merezco ser feliz, tal vez sea el momento
de “dejar ir” determinadas personas, o aspectos de mi vida. Ello me permitirá
conseguir lo que necesito: una nueva oportunidad.
Todos merecemos dejar de ser cautivos del sufrimiento, de nuestras
propias actitudes limitantes. Abre los ojos a tu interior, descifra tus
necesidades, escucha tu voz. En el momento que te permitas lo que mereces,
llegará lo que necesitas.
Cuando te permites lo
que mereces, atraes lo que necesitas.
Fuente:
Valeria Sabater – para Motivación
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