~Acompañar
se trata de estar presente para el dolor de otra persona;
no de hacer que su
dolor desaparezca.
~Acompañar
se trata de ir al desierto del alma con otro ser humano;
no de creer que somos
responsables de encontrar la salida.
~Acompañar
se trata de honrar el espíritu;
no de enfocarse en el intelecto.
~Acompañar
se trata de escuchar con el corazón;
no de analizar con la cabeza.
~Acompañar
es dar testimonio de las luchas de otros;
no de juzgar o dirigir esas luchas.
~Acompañar
se trata de caminar al lado;
no de conducir o ser conducido.
~Acompañar
se trata de descubrir los dones del silencio sagrado;
no significa llenar con
palabras cada momento.
~Acompañar
al que sufre se trata de quedarse quieto y en silencio;
no de querer moverse
frenéticamente hacia adelante.
~Acompañar
se trata de respetar el desorden y la confusión;
no de imponer orden y lógica.
~Acompañar
se trata de aprender de otros;
no de enseñarles.
~Acompañar
se trata de tener una actitud de curiosidad y no de expertos.
Alan D.
Wolfelt
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