Las “Ovejas Negras”, las que no se adaptan, las que gritan
rebeldía, cumplen un papel básico dentro de cada sistema familiar.
Según Bert Hellinger, creador de las constelaciones
familiares, “Las llamadas “Ovejas Negras” de la familia son en realidad Buscadores
Natos de caminos de liberación para el árbol genealógico. Aquellos miembros del
árbol que no se adaptan a las normas o tradiciones del Sistema Familiar,
aquellos que desde pequeños buscaban constantemente revolucionar las creencias,
yendo en contravía de los caminos marcados por las tradiciones familiares,
aquellos criticados, juzgados e incluso rechazados, esos, por lo general son
los llamados a liberar el árbol de historias repetitivas que frustran a
generaciones enteras.
Las “Ovejas Negras”, las que no se adaptan, las que gritan
rebeldía, cumplen un papel básico dentro de cada sistema familiar, ellas
reparan, desintoxican y crean una nueva y florecida rama en el árbol
genealógico. Gracias a estos miembros, nuestros árboles renuevan sus raíces. Su
rebeldía es tierra fértil, su locura es agua que nutre, si terquedad es nuevo
aire, su apasionamiento es fuego que vuelve a encender el corazón de los
ancestros. Incontables deseos reprimidos, sueños no realizados, talentos
frustrados de nuestros ancestros se manifiestan en la rebeldía de dichas ovejas
negras buscando realizarse.
El árbol genealógico, por inercia querrá seguir manteniendo
el curso castrador y tóxico de su tronco, lo cual hace la tarea de nuestras
ovejas una labor difícil y conflictiva. Sin embargo, ¿Quién traería nuevas
flores a nuestro árbol sino fuera por ellas? ¿Quién crearía nuevas ramas? Sin
ellas, los sueños no realizados de quienes sostienen el árbol generaciones
atrás, morirían enterrados bajo sus propias raíces. Que nadie te haga dudar,
cuida tu “rareza” como la flor más preciada de tu árbol. Eres el sueño
realizado de todos tus ancestros.”
Por lo tanto, ser la oveja negra es un acto de amor al clan.
Desde hoy, declaro:
ESTOY ORGULLOSA DE MI “RAREZA” Y LA CUIDARÉ COMO LA FLOR
MÁS PRECIADA DE MI ÁRBOL.
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