Perdonar no es nada
fácil, requiere mucha fuerza y madurez para hacerlo. Pero es posible y
necesario, especialmente para ti misma.
La felicidad se encuentra en los lugares más inesperados. No existe un
manual de cómo ser feliz ni tampoco de lo que debe hacerte feliz. Cada día es una nueva oportunidad para elegir
ser tú misma, para agradecer por lo que tienes, para disfrutar lo que está en
tu camino, ¿por qué elegir ver siempre el lado negativo?
Ser feliz es una decisión que tomas cada día sin embargo, siempre encontraremos personas
que prefieren juzgar, criticar y lastimar. Es inevitable cruzarnos con estas
personas cuyos ataques nos toman por sorpresa.
A veces puede ser un amigo cercano, un miembro de la familia o un amor
quien deja una herida en lo más profundo de nuestro ser. Aun así, cuando eres
feliz con tu vida, sabes que de ti depende si afecta o no tu felicidad.
Todos hemos sido lastimados por alguien que era parte importante en
nuestra vida. Todos conocemos la decepción, la sensación de un corazón roto y
el coraje que da cuando alguien te traiciona por la espalda. Pero si eres una
persona feliz, sabes que no hay nada más poderoso que el perdón. Porque si eres
feliz, lo último que quieres es contribuir a esa parte de maldad que existe en
el mundo.
El perdón te ayuda a sanar y a superar y al final del día, hace que tu
vida mejore. Si te aferras a las heridas del pasado, te quedas con el amargo
sabor del rencor y es ahí cuando le das poder a los demás de destruir tu
felicidad.
El perdón tiene el poder de levantar y establecer tu espíritu, de
liberarte y reiniciarte aunque no significa que debas dejar que esas personas
vuelvan a tu vida. Porque al final del día, hay personas que no cambian y que
seguirán provocando dolor a su paso.
Las personas felices no pierden tiempo haciendo mal a los demás y
quienes no lo son, viven de juzgar y causar daño, ¿por qué ser parte de esa
negatividad? Perdona y perdona con el corazón. No importa si no lo merece;
recuerda que ante todo, lo haces por ti.
Los actos de bondad ayudan a sentirte bien contigo misma y con los
demás y las emociones positivas que surgen con ello, mejoran tu salud mental y
tu bienestar general.
“Aferrarse a la ira es como agarrar un carbón caliente con la intención
de arrojarlo a otra persona; tú eres el que se quema ”. ~ Buda
Por Karen Hernández
No hay comentarios.:
Publicar un comentario