Hasta ahora se consideraba como uno de los pasos definitivos en la
consolidación de una pareja, la decisión de vivir juntos en la misma casa.
Compartir espacio, rutinas y, en ocasiones, bienes comunes era el punto de
inflexión hacia una relación consolidada.
Sin embargo, en la actualidad existe un número cada vez mayor de
personas que deciden prolongar esta decisión, a pesar de mantener relaciones de
pareja estables. De alguna manera, esto parece indicar que un porcentaje de la
sociedad está aprendiendo a disfrutar el hecho de vivir solos, aunque bien es
cierto que otros toman esta decisión por otros motivos.
Parece que una relación de pareja estable no es incompatible con vivir
cada uno su vida plenamente sin tener que compartir espacio.
Entre las personas mayores de 51 años que comienzan nuevas relaciones
sentimentales, tan solo el 22% informa que entre sus planes de futuro se
encuentra la idea de compartir casa con su pareja actual. La mayoría de ellas
considera importante mantener su estilo de vida, sin que ello afecte a la
calidad de su nueva relación de pareja.
Sin embargo, solo la mitad de las personas que se encuentran entre los
31 y 40 años a día de hoy y que mantienen relaciones sentimentales estables se
plantea la convivencia en los próximos dos años. Por otro lado, en edades más
tempranas, la no convivencia en las primeras etapas de la relación se considera
un paso fundamental, además de anteponer la formación y el desarrollo
profesional a la convivencia en pareja.
Este fenómeno parece responder a varios motivos. Así, el hecho de
haber convivido previamente con otra pareja es el factor que más se relaciona
con la probabilidad de vivir en pareja, pero cada uno en su casa.
La experiencia muestra que vivir cada uno en su casa hace sentir a los
miembros de la pareja más libres en la relación y con la capacidad de entablar
amistades fuera de ella. También se sienten menos presionados ante los
conflictos de las labores domésticas y los asuntos financieros en común.
Las personas que deciden vivir en pareja, pero cada uno en su casa
informan que se sienten a gusto con la preservación de su privacidad sin
renunciar a la intimidad con sus parejas. Muchos de ellos consideran que esta
es también una manera menos traumática de salir de una relación, si se diera el
caso.
Todo parece indicar que la forma de entender las relaciones
sentimentales en la actualidad está cambiando en muchos aspectos.
Esta nueva visión sobre las relaciones sentimentales aún está
consolidándose. No obstante, quienes las experimentan afirman que aporta una
mayor sensación de libertad, tanto a nivel de elección como de oportunidad de
desarrollo personal, en contraste con los matrimonios convencionales.
Aun así, el concepto de una relación, es decir, cómo se percibe y qué
características tiene, es subjetivo. De ahí, que otras muchas personas no estén
totalmente de acuerdo con esta nueva visión. Todo depende del vínculo y sus
participantes.
¿Estamos presenciando por primera vez la clara diferencia entre el
deseo de tener pareja y tener familia?
Esta última cuestión parecía no estar claramente separada de la
primera hasta ahora. Aunque lo cierto es, que hay muchas personas que desean
tener una pareja a largo plazo, sin que ello conlleve la creación de una
familia. Sin duda, algo muy profundo está cambiando en nuestra sociedad.
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