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miércoles, 16 de diciembre de 2015

Cuando alguien se quedó en tu pasado es porque no encajaba en tu futuro


Todas las relaciones avanzan y maduran. Aunque pueda sonar egoísta, debemos priorizarnos y procurar nuestro bienestar. Quizá sea mejor estar solos antes que ser infelices al lado de otra persona. 

La vida es movimiento, son ciclos que iniciar y puertas que cerrar. Si nos aferramos a la idea de que todo debe permanecer, lo más probable es que nos neguemos a asumir el pasado. A pasar página.

Estamos seguros de que, a día de hoy, en tu memoria están alojadas muchas personas que dejaste atrás. No importa el motivo. Tal vez fue por simple necesidad de avanzar, o porque te traían más lágrimas que alegrías.

Si están ahí, en tu pasado, es porque no encajaban en tu futuro, y por ello diste un paso a la madurez: a dejar ir, a asumir y entender que, en ocasiones, para ser feliz hemos de aprender a decir adiós.
Asumir el pasado para vivir el presente


A menudo suele decirse que las personas pasamos gran parte del día recordando cosas, rememorando aspectos vividos. Ello no es un acto negativo, siempre y cuando esa mirada al pasado se asuma con tranquilidad y equilibrio.

El recuerdo sin rencores nos permite vivir mejor el presente. La mirada al ayer que no se llena de lágrimas y pesares es permitirse ser feliz de nuevo.

Ahora bien, tenemos claro que no es sencillo dar el paso, porque implica algo muy duro: asumir que una persona, una relación, debe dejar de formar parte del “aquí y ahora” para ser pasado.

Las personas solemos aferrarnos mucho a lugares, a personas y a costumbres que, de algún modo, nos ofrecen seguridad.

Hay personas que son incapaces de dar por finalizada una etapa. El romper vínculos, el salir de la zona de confort supone encontrarnos de nuevo a nosotros mismos en soledad, y ello se ve a veces como una amenaza.

Asumir que lo vivido debe aceptarse poco a poco y sin sufrimiento requiere tiempo. Nadie puede pasar página de forma rápida. Se trata de un proceso muy lento que va a implicar todas estas etapas:

. Decir en voz alta que no vamos a seguir adelante con la relación requiere valentía y, ante todo, sinceridad. Debemos dejar claro qué sentimos y las razones por las que vamos a dar la relación por finalizada.

. Apóyate en tu familia y tus amigos. Comprender que ese cierre de etapa personal no es un final requiere darse cuenta de que tenemos gente que nos quiere, que las relaciones sociales son una base esencial en el día a día.

. A pesar de nuestro apoyo social, hay algo que debemos tener claro: asumir el pasado es un acto que se hace en soledad. Solo tú sabes lo que has vivido, lo que has perdido y las heridas que debes sanar.

. Entiende que un final de etapa es una nueva oportunidad para ser feliz. Si hay personas que forman ya parte de nuestro pasado es porque no merecían estar en nuestro presente.

. El pasado no se borra ni se edita, se acepta. Y no hay peor error que recordar un pasado que ya no tiene sentido en el presente.


Lo lamento, ya no encajas en mi presente

“Lo lamento, tu forma de entender y vivir la vida ya no encaja con la mía, porque me siento un actor secundario en un escenario que has creado para ti mismo”.

Darnos cuenta es un gran paso. Porque, en muchos casos, el amor y el cariño siguen muy presentes a pesar de las discrepancias y decepciones.

Ahora bien, hemos de saber que las relaciones afectivas no se sustentan solo con el amor. Los siguientes pilares son también parte esencial de una relación de pareja feliz y estable:

La reciprocidad.
La complicidad.
El respeto.
La comunicación empática y constructiva.
La pasión.
Saber respetar espacios privados y saber construir el espacio propio de la pareja.
Favorecer el crecimiento personal de la pareja.
En el momento en que falla uno o varios de estos principios, empezamos a arrastrar tristezas, decepciones, escondemos palabras y fingimos que todo va bien porque pensamos que las cosas cambiarán. Que la situación acabará mejorando.

No obstante, muchas veces las personas no son como creíamos. Tendemos a idealizar, a dar por sentadas ciertas cosas que la cotidianidad y la convivencia nos demuestran que no son así.

Hasta que, al final, vemos con claridad que esa persona no encaja con nuestro presente.


Aceptar que determinadas personas no deben formar parte de nuestro presente es entender a su vez el ciclo de la vida. En ocasiones, hay quien ha tenido que dejar en su pasado hasta a seres tan significativos como una madre, o un hermano. 

. Si alguien nos hace daño y nos causa sufrimiento hasta vulnerar nuestra autoestima o incluso nuestra seguridad, no lo dudes. Es mejor dejar distancia y permitir que se queden en nuestro pasado.

. Es importante saber perdonar. Aunque cueste, aunque duela: El perdón es una forma de liberación y de cerrar una puerta sin que siga pesando en nuestro interior.

El perdón es el descanso del alma para vivir un presente más libre habiendo asumido el pasado.

Fuente:  mejorconsalud.com

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