Hoy
extraigo dos libros de mi biblioteca, para recomendarles; y son de una
prestigiosa Autora Riocuartense; a quien conozco de cerquita… (Shhh!!! Es mi
vecina…)
ANA EMILIA MOGLIA,
sus dos obras: ”La ruta de los sueños” y “Al otro lado del océano”. Dándoles
una reseña detallada, sobre ambas novelas.
Ana
Moglia nació en 1969 en Paraná, Entre Ríos. Actualmente vive en Río Cuarto,
Córdoba, donde además de escribir, se desempeña como directora y docente de un
colegio secundario. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación y profesora de
Lengua italiana.
Su
novela “La ruta de los sueños” es la primera novela romántica
“yerbatera” a nivel mundial, según manifiesta la Asociación de la Ruta de la
Yerba Mate, pues los ya existentes, son libros técnicos, que tratan del tema.
Ana
Emilia Moglia, se inspiró en una foto de yerbateros en la tapa de una revista.
Inmediatamente apareció la idea, y supo que esa sería su próxima historia. Tuvo
un gran desafío por delante porque el proyecto estaba verde: tuvo que ingresar
en una selva desconocida y emerger de ella con un puñado de personajes cebando
una historia. La investigación incesante fue la clave para lograr familiaridad
con el entorno y transitar ese camino.
Según
Ella, es imposible no involucrarse como
escritor en estas historias de vida de los distintos personajes de La ruta de
los sueños. Dice: ”Fue apasionante escribirla por todo lo que aprendí, por toda
la emoción que viví renglón por renglón”.
A pesar de que la historia de los Vennik,
padre e hijo, protagonistas del libro, transcurre a finales del siglo XIX, la
novela prescinde de un lenguaje de la época, a la hora de narrar. Y tampoco se
ancla completamente en el género de novela histórica. Más cerca está de ser una
novela histórico-romántica, algo que la autora define como “un género que logra
un acercamiento con el lector”.
Es
autora además de la novela “Al otro lado del océano”, en la que apuesta
a la posibilidad de tocar las fibras más íntimas de quienes emprendan el viaje,
y lo hace con una escritura simple y amigable.
La ruta de los sueños recibió el
Beneplácito e Interés Legislativo y Provincial en Misiones, provincia donde la
novela fue presentada, por lo que será tomada en principio por las escuelas
secundarias de toda la provincia. Paraguay y Uruguay están en la mira de
futuras presentaciones, porque, claro, hay otros países donde la infusión
nacional es parte del paisaje.
“Es un libro que describe la importancia de los
legados familiares, la inmigración, los valores, los sueños personales y la
perseverancia de los inmigrantes que reconstruyeron una historia nueva para la
región y el país” dice su autora.
La
Novela
La
ruta de los sueños, de Ana Emilia Moglia, fue publicada por El Emporio
Ediciones.
La primera presentación de esta novela se realizó en territorio
yerbatero, más precisamente en la Legislatura de la Provincia de Misiones.
Descripción:
Desde
fines del siglo XIX y en las primeras décadas del XX tiene lugar en el
Territorio nacional de Misiones, Argentina, la colonización de ultramar.
Teodoro
Vennik, ucraniano, llega en 1897 al pequeño poblado de Apóstoles. Allí forma su
familia; en aquella tierra roja, plena de vida, convivirán y enlazarán sus
destinos pobladores originarios, criollos e inmigrantes de la lejana Europa del
Este. Pedro Vennik, único descendiente de Teodoro, crece con el mandato que su
padre le dicta casi como una premonición: en la yerba mate está “el secreto y
el tesoro”. La Ruta de los Sueños es una historia de amores y desencuentros, de
emociones y de descubrimientos personales. Una historia que rinde homenaje a la
amistad verdadera y a la perseverancia.
A
continuación, un fragmento de esta historia que se desarrolla en el corazón de
Misiones y cuya trama tiene como eje central la yerba mate.
“Apóstoles,
Territorio Nacional de Misiones. Argentina. 1943.
Dicen
que cuando uno es padre empieza a comprender a sus propios padres. Eso dicen...
De pequeño me costaba entender a los míos; más bien a mi padre, Teodoro Vennik.
No recuerdo cuántos años tendría yo, pero debo de haber sido un gurí de cinco o
seis años cuando escuchaba sus historias cada noche. No entendía qué tan “fea”
–según mi vocabulario rústico aún– podría haber sido su Ucrania natal para que
en este punto del planeta sintiera tanto entusiasmo, sosiego y percibiera
indicios de futuro. Eso pensaba yo –aunque no con estas palabras, claro– desde
mi mente infantil mientrasme espantaba los mosquitos que, gracias a los
esfuerzos y recetas caseras que preparaba mi madre, la hermosa y serena Janica,
podía combatir, al menos por un rato.
Pienso que él veía mis ojos chispeantes y
atentos cuando me contaba sus peripecias y entonces, –como me sucedió con mis
hijos cuando eran pequeños– no se perdía el momento de contarme una por las
noches, antes de dormir. Estoy convencido de que esos momentos son alimento
para el alma, para los padres y para nosotros, los hijos, que los atesoramos
más que todo el oro del mundo.
Yo iba creciendo y le suplicaba que no dejara
de contarme esos relatos que, con el tiempo, me di cuenta de que no eran sino
sus propias historias. La que más me gustaba, –había varias– pero mi preferida
era ésa en donde me narraba su llegada a la Argentina, allá por 1897. Había quedado
huérfano de padres y con algunos compatriotas, se había lanzado a ultramar.
Sería
la última vez que vería a Galitzia, su pueblo, una de las comarcas más pobres
de la Europa campesina. También venían polacos en el barco, entre ellos mi
madre, Janica Bednazh, con su familia (a esto no me lo contó, sería por pudor
tal vez, pero teniendo en cuenta la belleza de mi adorada madre, que aún
persiste con el paso de los años, estoy seguro de que pronto sucumbió ante su
particular hermosura). Me contaba historias que él mismo escuchaba de otros.
Hoy
creo que en su afán de arraigo trataba de grabarlas a fuego en su memoria,
quizá para empezar a sentirse uno más del lugar... no lo sé.
Las que no me gustaban eran esas en las que
me hablaba acerca de los primitivos habitantes de estas tierras; los guaraníes.
Los describía como seres robustos, de cabello oscuro y excelentes guerreros
pero yo, en mi cabeza, me los figuraba como monstruos o seres horribles y
feroces; sin embargo, hoy tengo a mi hermano y a mi hijo del corazón que llevan
esa sangre en sus venas y a la distancia, me rio de mi propia inocencia.
Miro hacia el horizonte y encuentro ese verde
intenso que me deja sin voluntad, que me atrapó con sus redes invisibles. Ese
verde que gracias a Teodoro amo con mi alma. Lo observo, respiro profundo, como
si quisiera beberlo de un solo sorbo y pienso: él eligió quedarse aquí, en
Apóstoles, en el “Territorio Nacional de Misiones”, –como expresaba con
orgullo– un día de agosto de 1897” .
La otra Novela
Al
Otro lado del Océano es una historia que narrada en tercera persona nos sumerge
en dos épocas: 1925 y 1999 en donde dos historias de amor viven distanciadas
por culpa del mar, de la hambruna en Europa y de un amor no correspondido, que
ayudaría a la familia económicamente. Esa es la historia de María, una más que
entre los miles de italianos partían a América del Sur.
Y
también está Clara Ferrer, una joven que vive en Argentina, en un pequeño
pueblo de la Provincia de Buenos Aires y que logra un sueño: Viajar a Italia,
conocer la tierra de donde vino su abuela, quien antes de partir le cuenta un
secreto.
Y
como el título lo dice “Al Otro lado del Océano” está Luciano D´Incarzioli un
joven magnate y competitivo de los astilleros que debe hacerse cargo de la
empresa repentinamente producto de la muerte de su abuelo. Saro, el padre de
Luciano había fallecido tiempo atrás en un naufragio con una brava tempestad.
Luciano tiene novia y está a punto de casarse para afianzar así la riqueza de la
empresa, es por ello que tiene todas sus energías puestas en “Il Saro”, una
nueva nave y en la pronta exposición naval más importante de Europa donde hará
la presentación.
En
veinte capítulos la prosa de Ana Emilia Moglia es poesía, porque Al otro lado del
Océano es una novela muy romántica, de esas que te hacen humedecer los ojos, no
sólo por las desgracias que le toca vivir a los personajes, sino por el amor
puro y tan fuerte que desprenden los personajes.
El
título es un gran eje para esta historia que junto con el argumento es para
largar suspiros que se acompaña con la elección de un contexto como Italia y
las ciudades de Nápoles, la Roma, de modo que hasta ello suma para crear una
novela muy romántica.
Los
personajes principales contemporáneos de la novela deben pasar por tristes
desgracias, que son mayores a las alegrías y que Clara y Luciano deberán luchar
para ser felices.
Sin
duda que recomiendo leer esta novela porque su historia es romántica, es
sencilla y cuenta la experiencia (y el amor) de muchos inmigrantes que tuvieron
que venir a la Argentina.
Hasta la
próxima selección…
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