¿Cuál es la diferencia entre la escalada deportiva y la búsqueda de
coronar una cumbre? ¿Qué tiene de especial este deporte? Cada fin de semana se
forman grupos que viajan a diferentes puntos del país para escalar en paisajes
naturales.
Cada
vez son más las personas que se inclinan por la práctica de un deporte al aire
libre. Ante esta tendencia, muchos son los que se acercan a la escalada
deportiva. Algunos llegan en busca de alguna actividad física, otros por
curiosidad, y unos cuantos por el deseo de estar en contacto con la naturaleza.
Todos coinciden en que la mezcla de esfuerzo, autosuperación y altura genera
una sensación incomparable.
“Lo
practico porque me gusta el deporte y la adrenalina que me genera. Me dan ganas
de mejorar cada vez un poco más. Cuando estás en la roca es una cosa muy
distinta a todo. Es increíble la conexión con la naturaleza arriba de la
montaña, lejos de todo el quilombo de la ciudad. A mí, particularmente, en esos
momentos me relajan”, cuenta Alejandro Mancini, que hace dos años empezó a
practicar escalada deportiva.
Comenzó
porque un amigo le comentó la experiencia y de a poco se fue enganchando. “Al
principio no me llamaba mucho la atención. Pero seguí yendo y cada vez me fue
atrayendo más. Hice un curso de ocho clases en el que me enseñaron a dar seguro
y encordarme, que son las técnicas principales”, explica Alejandro, que trabaja
como comerciante. “La verdad –comenta- me desenchufo totalmente del laburo.
Cuando salís a la roca y te relaja
bastante. Igual, depende de cada uno. A mí me sirve como distracción”.
Como
en todos los deportes que requieren técnica, al principio cuesta un poco más.
“Las primeras veces sentía el temor de la caída y no escalaba cómodo, tenía
algo de miedo. Hasta que con la práctica te vas acostumbrando y entendés que la
idea es escalar hasta caerte, porque total tenés un asegurador que no va a
dejar que te golpees. Entonces lo empezás a disfrutar más”, cuenta Alejandro,
que paga $ 135 por dos días de entrenamiento a la semana en muro artificial, al
que además puede ir libremente durante el mes. “Es un deporte que te da
beneficios físicos. Uso tendones del cuerpo que antes no usaba. Lesiones tuve
en el dedo, apenas un tironcito, después unas molestias en el hombro que me
tuvieron dos semanas inactivo hasta volver a entrenar”, dice.
Además
de la actividad física, Alejandro destaca el ambiente y el espíritu de la
escalada. “La gente es muy de buena onda. Conocés muchas personas y no hay nada
de competencia. Todo lo contrario: cuando alguien sabe más que vos y ve que
algo no te sale, te da un par de pautas y así vas adquiriendo más
conocimiento”, asegura.
Clases y entrenamiento
Pablo
Gerli es profesor de la escuela en El Muro de Acassuso, en la zona norte del
Gran Buenos Aires, y explica: “El Muro es como un gimnasio donde se practica la
técnica, la dificultad de cada agarre y se ejercita el cuerpo para ganar
musculatura y progresar en lo físico. Lo que se practica acá después se plasma
en la roca. La evolución depende de la dedicación de cada uno”.
¿Cuál es la diferencia entre la escalada deportiva y el resto?
“La
escalada es un método de progresión, una forma de avanzar. En la modalidad
deportiva buscamos la dificultad de la línea y no coronar una cumbre, como
ocurre, por ejemplo, en la escalada alpina”, indica Gerli, quien además es
escalador.
“Después
de probar y sentir que el deporte te gusta, es imprescindible hacer el curso
básico de seguridad, que dura un mes. Es fundamental hacer las cosas bien,
porque lo que se pone en riesgo es la vida”, advierte Gerli, que dicta cursos
por unos 400 pesos para grupos de dos o más personas.
“Nunca
se debe escalar solo. Siempre se debe ir con alguien capacitado que cumple el
papel de asegurador, que es quien se queda en tierra y sostiene con la soga al
escalador ante una eventual caída o bien para descender cuando termina de
subir. La comunicación entre ambos es muy importante y precisa: ‘Voy’, dice el
escalador antes de un movimiento. ‘Vaya’, responde el asegurador para que el
otro avance”, dice Gerli, que destaca que la escalada es un deporte que “escapa
de la rutina, no es monótono” y asegura que “lo copado es que no pensás en nada
más, te desconecta por completo y tenés la cabeza en lo que estás haciendo”.
Durante
la semana, cada escalador elige su lugar para practicar y entrenarse.
¿Qué hace falta para empezar en este deporte?
“Ganas.
Hay una onda especial porque se junta gente de diferentes estilos y edades. No
es necesario tener alguna capacidad física especial; es para cualquiera que
tenga ganas”, asegura Gerli.
Si
bien la mayor parte del tiempo se trabaja en un muro artificial, uno de los
grandes atractivos de este deporte son las excursiones regulares a la roca. “Se
van formando grupos y una vez por mes hacemos salidas para escalar en medios
naturales en lugares como Córdoba, Tandil o Bariloche, por ejemplo”, revela el
profesor.
Es
un deporte que relaja pero que no por eso deja de tener ciertas cuestiones que
deben ser pensadas. “Un concepto muy importante es la visualización: ver de
antemano todo lo que uno va hacer, anticipar el recorrido y los movimientos
antes de empezar a escalar. Esto es más fácil en el muro porque los apliques
están fijos pero en la roca no sabés bien porque es el ambiente natural”,
advierte.
Algunos elementos que se usan
“Hay que dominar el cuerpo”
Al
principio cuesta un poco se realizan movimientos a los que habitualmente el
cuerpo no está acostumbrado. “Hay que dominar todo el cuerpo, tanto el torso
superior como las piernas y los pies.
A
medida que se va practicando se adquiere más fuerza, sobre todo en los dedos
que suelen estar pocos trabajados de antemano”, dice Gerli, que remarca una de
las claves: “Pisar con la punta del pie y elegir los mejores agarres para que
sea más sencillo subir”.
Alrededor
del profesor hay algunos chicos que son prueba fiel de lo Gerli relata. “Mirá
que yo voy al gimnasio todos los días, pero esto te mata los brazos. Lo copado
es la adrenalina de la altura, el desafío de superarte a vos mismo” , expresa
Agustín, de 32 años, minutos después de poner todo su esfuerzo para intentar
alcanzar los diez metros de la cima, aunque finalmente, por muy poco, no puede
lograrlo.
“Lo mejor es hacer el curso
previo para aprender técnicas, porque eso no sólo te ayuda a ascender más
sino que también te cansás menos”, explica Agustín.
Datos:
Pablo
Gerli, escalador y profesor de la escuela en El Muro. Elcano 794, Perú Beach,
Acassuso. (11) 4798-2759 www.escalando.com.ar
Tiene
70 rutas de diferente dificultad y recorridos de 20 metros . Se trata del
muro más importante de la argentina.
Fuente:
Revista AQUÍVIVIMOS
Galería de Imágenes
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