Un hombre
rodeado de muchas mujeres es un niño pequeño que tiene muchas madres.
Cuánto más
le perdonan las madres sus travesuras más niño pequeño sigue siendo.
Lo peor que
puedes hacer con un hombre es hacer de mamá. Te va a joder siempre.
Y tú,
abnegada y cabreada pero lo vas a perdonar y justificar siempre porque eso, es
lo que hacen las madres!!!
Eres la mamá
cuidadora que se dejará hacer daño porque en el fondo tu ego está también tan
inflado, que prefieres ser la eterna víctima, la mártir, la de las medallas, la
"buena", para demostrar que él es el malo.
Es una forma
retorcida de demostrar que eres mejor que él.
Si te
preguntas por qué no te deja libre, si tiene tantas amantes, la respuesta es:
porque tú eres la única mamá que podría soportar su actitud, o al menos así lo
cree él y tú se lo ratificas todo el tiempo, cada vez que después de enfadarte,
lo vuelves a perdonar.
Perdonar
engrandece y enaltece y deja a la otra persona por debajo de ti.
Esto es lo
que sucede a nivel inconsciente entre vosotros.
Es vuestro
pulso.
Probablemente
estéis reproduciendo historias afectivas de vuestros padres, abuelos,
bisabuelos...
Él en ti ve
a mamá.
Tú en él a
tu papá siendo niño y tú haciéndole de madre.
Por eso
aunque parezca de entrada que eres su hijita, no. Haces de Mamá.
Él pierde la
cabeza con mujeres que sólo hacen de mujeres con él, eso despierta su instinto
masculino más arraigado y dormido y le motiva muchísimo porque esa virilidad lo
empuja a hacerse hombre y a soltar a mamá (y parejas que hacen de mamá) a
soltar su inmadurez y hacerse hombre, reconciliándose con papá, dejándose de
ver a sí mismo más grande y mejor que su padre.
Pero está
cómodo en su inmadurez, su madre y sus sucedáneas de madre lo han invalidado
tanto, que no se cree suficiente para esa mujer.
Y vuelve a
casa con mamá. Está separado emocionalmente de papá, el cual es el único que
puede transmitirle capacidades como la dirección en su vida, la toma de
decisiones, la acción, la capacidad resolutiva, el atreverse...
Suelen tener
un ego descomunal, un concepto de sí mismo de sobrevaloración absoluta, son los
eternos príncipes narcisistas que sólo se miran su ombligo.
Se creen
mejor que papá en parte porque mamá se lo ha hecho creer así.
En realidad
debajo de tanta sobrevaloración hay una carencia gigantesca.
Tienen miedo
de hacerse hombres.
Son los
esposos simbólicos de mamá.
Probablemente
han tenido una mamá que tenía algún conflicto con su marido y se ha volcado en
el hijo, convirtiéndolo en su marido simbólico.
He ahí el
enganche del niño que cuando se haga mayor extenderá este conflicto con las
mujeres.
Este hombre
no te ama.
Te necesita.
Necesita
tener un lugar a donde regresar que le huela a hogar.
Hace sus
travesuras y luego regresa con mami.
Sabe que
será perdonado y que sólo es cuestión de que aguante un poco el chaparrón.
Y luego todo
volverá a la normalidad.
Tú volverás
a confiar en él y te la volverá a pegar.
Pregúntate a
ti misma para qué aguantas si sabes perfectamente la verdad.
De hecho
tapas las aventuras de tu marido y no quieres que nadie lo sepa porque cuanta
más gente lo sabe menos excusas te quedan para justificar que aún quieres
seguir con él porque ni tú misma lo entiendes.
Te invito a
observar qué necesidades infantiles satisfaces aguantando está situación.
Quizá tú
también creas ser mejor que mamá, queriendo salvar a tu padre.
Ese hombre
no te ama a ti, ama a otra o ha amado a varias mientras ha estado contigo pero
cuando la cosa se pone seria y hay que dar un paso se acojona porque en el
fondo es un niño inmaduro y rompe con esa mujer, vive su drama hasta que se
enamora de otra, se obsesiona y cuando la cosa se vuelve a poner seria huye de
nuevo.
La otra no
le aguanta sus travesuras porque la otra quiere un hombre, y tú sí se las
aguantas porque tú quieres un hijo para salvarlo y darle el amor que no tuvo,
(tu papá en niño). Por eso regresa a ti.
Este hombre
tendrá tendencia a relaciones por internet para masturbarse y disfrutar con su
fantasía porque no es hombre para ponerla en práctica, es cobarde e inseguro
como un niño chico.
Y si logra
vencer la barrera física y quedar con su amada cada vez que termine de tener
sexo se irá corriendo con alguna excusa de que tiene prisa porque no sabe
gestionar lo que sucede después de la relación sexual.
Tiene miedo
a enamorarse y a que eso le ponga en la tesitura de tener que tomar una
decisión que no se atreve a tomar porque le da pavor salir de su zona de
confort.
Valórate.
Date cuenta de que tu comportamiento y actitud (la eterna mami) fomenta esta
situación.
Cambia tu patrón
de comportamiento desde la raíz. Mientras estés dentro del rol de mamá no
puedes romper porque inconscientemente para ti es como abandonar a un hijo (a
papá de niño) y tú quieres ser la salvadora mártir y víctima.
En el
momento en el que te metes en tu rol de mujer podrás romper con ese hombre.
Lamerte tus
heridas.
Aprender del
pasado.
Soltarlo y
abrir tu corazón a otro tipo de hombre más maduro siendo tú también más madura.
Porque al
final la mujer madura no se fija en el físico, sino en que exista química,
atracción, madurez, y otras cosas importantes para compartir la Vida con
alguien.
Un hombre
que haga de hombre y que así sólo tengas que hacer de mujer. Nada más. Es
absolutamente gratificante. Cuánta paz.
Por eso, a
veces quien pierde está ganando, y quien gana está perdiendo.
Si eres
mujer y alguna vez te ha sucedido algo así, haz de madre sólo con tus hijos,
tus perros y tus gatos.
Porque como
lo hagas con tu marido la pareja se extingue y queda una relación tóxica de
madre-hijo.
Codependientes
porque por vuestra costumbre ahora no os sabéis deshacer de ella por eso estáis
encadenados.
Deja de
echarle la culpa a él, a sus amantes o a la mala suerte y asume que tu
comportamiento fomenta también está situación. Ve a terapia. Pon remedio.
Sé que esta
es una maldita verdad incómoda.
Y que ahora
mismo si te has sentido identificada leyendo esto te estás cagando en todo lo
que se te ocurre. Lo siento. Te estoy ayudando a abrir los ojos.
Creo que la
mayoría de las mujeres alguna vez hemos tropezado con una piedra así. No nos
critiquemos.
Comprendámonos.
No se puede
escupir al cielo nunca, porque la Vida tiene maneras muy cachondas de ponernos
en el otro bando para que comprendamos qué se siente. Valora este artículo. Te
está zarandeando para que espabiles. Mereces que te amen y te respeten no solo
de escaparate delante de la gente sino de verdad.
Adriana
Ferrer - Psicóloga Clínica
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