El camino por la vida

Nacemos sin estar conscientes de quiénes somos y hacia dónde vamos. Sin saber lo que vamos a tener que hacer con nuestra propia existencia, sin embargo aquí estamos, en el aquí y el ahora. Con esta reflexión busco ofrecer una mirada a cómo las propias experiencias son una valiosa herramienta de aprendizaje. Compartir mis reflexiones con ustedes puede convertirse en un espacio para crecer juntos.

“Todo fluye” dijo el filósofo Heráclito. Todo está en movimiento y nada dura eternamente. Y así fue mi vida…en constante movimiento, voy aprendiendo de ella…. entretejiéndose, sin darme cuenta que en momentos de juventud fue dinámica y agresiva, algo propio de la edad. Los años pasan, como la brisa que nos acaricia suavemente, nos da momentos intensamente felices como también algunos difíciles de comprender. Por ello los invito a viajar junto conmigo en una reflexión sobre el camino de la vida. 

La vida no es como la vemos sino como la vivimos    

Efectivamente la vida la vamos viendo pasar, mas en muchas ocasiones no la estamos viviendo y nos mantenemos sólo como espectadores. En momentos de angustia y depresión reflexioné desde lo más intimo de mi ser: ¿quién soy yo y que quiero para mí?, ¿qué es lo que realmente deseo?, ¿quiero ser feliz?, ¿puedo serlo?, ¿quién me dirá como obtener la felicidad? Nadie me respondió…en ese momento fui la única que pude escuchar a mi YO INTERIOR y preguntarme qué tan capaz he sido para verme YO MISMA, a través de interrogantes como si me amo lo suficiente, si me cuido, si me doy momentos para mi persona o, por el contrario, sólo veo pasar la vida.

¿Que si es efímera la vida? ¡Claro que sí!, por eso estoy viviendo lo que me queda de ella a plenitud para seguir creciendo espiritualmente, con la firme convicción de que me amo y quiero ser feliz.

También he pasado momentos difíciles, pero no imposibles de sobrellevar. Mi padre decía que todo tiene remedio en ésta vida menos la muerte. La vida me ha puesto obstáculos, sí, y muchos, pero mi lema es no dejarme vencer, tengo la vida y por ella lucharé para obtener lo mejor: Ahí está mi vida, dándome la mano para ir caminando juntas paso a paso, disfrutándola y entendiéndola. Me da cosas MARAVILLOSAS y las estoy gozando, y si me da penas, las resuelvo…y nunca permitiré que me avasalle, pues para eso es la vida: PARA VIVIRLA, no para verla pasar.

      

Así como a mí la vida me ha servido para aprender y crecer, tanto de penas como de alegrías, te invito a que aprendas de tu propia vida. No la rehúyas y no te conviertas en un simple espectador viéndola pasar: vívela. Te invito a que en mis próximos relatos recorras conmigo algunos de mis recuerdos, experiencias y momentos. Aprendamos juntos de la vida.