“No
hay que llenar los vacíos… hay que habitar los espacios.”
Hay un
capítulo de la vida llamado… desapego.
No poder
desapegarse de una persona, de un hábito, de una idea, de un objeto, lleva a
establecer con ellos relaciones de posesión o de sumisión.
El apego es
una actitud que nos deja encadenados al pasado.
Mientras
tanto, los ciclos de la vida se continúan sucediendo.
Niñez,
adolescencia, madurez, vejez, primavera, verano…, noche, siembra, cosecha…
Nuestra
existencia será más armónica si acompañamos esos ciclos naturales. Cuando así
no ocurre… la vida ya no fluye, sus aguas se estancan.
El apego
traba nuestro andar por la vida, carga nuestro equipaje con lo innecesario, nos
impide escoger el necesario.
EL DESAPEGO
ES… EL ARTE DE SOLTAR. (Buscar la armonía, sin perder nuestra identidad…)
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