Me descubrí
soñando, despierta, imaginando;
Me vi
inquieta, intranquila, dibujando sueños que en algún lugar habré guardado.
Me sorprendí
mirando fijo por aquella ventana, preguntándome a qué sabrán esos besos que la
vida me promete de tanto en tanto.
Me descubrí
tranquila, deseando y suspirando;
Vislumbré
mis heridas que atrás se han ido quedando.
Me sorprendí
esperando, sin prisa, que demos el paso; de ponerle fin a la fantasía y
dejarnos llevar por el encanto.
Me descubrí
pensando a qué sabrán esos labios, mientras en la cama sentía mis labios
soñando acaramelados.
Me imaginé
besando, entre sueños, tus dulces labios y presagiando las caricias que quizás
habré encontrado.
Me sorprendí
soñando, quizás creyendo en que, despacio, el día menos pensado llegarás a
poner fin a este naufragio.
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