Entre
las múltiples experiencias que nos permite nuestro mundo emocional se encuentra
el sentimiento de nostalgia. Un viaje imposible, pero añorado hacia nuestro
pasado.
De pronto, uno se siente invadido por
imágenes, resonancias, palabras o sensaciones del ayer.
Se da cuenta de que no es un mero ejercicio de la memoria, ya que, acompañando esos trazos de vida vivida, amanecen vagas emociones que parecen instalarse definitivamente en nuestro interior. Ocurre entonces que de aquellas emociones imprecisas despierta un enorme sentimiento que cubre todo nuestro ser con su presencia. Es como si de golpe todo el pasado vivido quedara resumido en esa estampa agridulce. Como si el tiempo se atorara con el único propósito de meternos en la encrucijada de ser lo que ya no podemos ser.
Se da cuenta de que no es un mero ejercicio de la memoria, ya que, acompañando esos trazos de vida vivida, amanecen vagas emociones que parecen instalarse definitivamente en nuestro interior. Ocurre entonces que de aquellas emociones imprecisas despierta un enorme sentimiento que cubre todo nuestro ser con su presencia. Es como si de golpe todo el pasado vivido quedara resumido en esa estampa agridulce. Como si el tiempo se atorara con el único propósito de meternos en la encrucijada de ser lo que ya no podemos ser.
Yo tengo un sueño constante: Sueño con una
hermosa fiesta o cena, muy romántica, con bellos vestidos, unas melodías en
jazz de fondo musical, y tocando al piano, mi tío Bocha; y un caballero que me
invita a danzar…
Vamos
adentrarnos en los recuerdos y con la ayuda de este video, vivamos un momento
de nuestro pasado… evocando esos bailes de esa época…
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