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martes, 16 de julio de 2013

La Paz que traigo en mi pecho


Deseo que hoy experimentes paz dentro de ti, que confíes que te encuentras exactamente donde debes estar, que no olvides las posibilidades infinitas que nacen de la confianza en ti misma y en otros; que utilices los dones que haz recibido y que trasmitas a otros, el amor que se te ha dado.
Deseo que estés feliz contigo mismo/a por lo que eres. Deja esta sabiduría asentarse en tus huesos y deja a tu alma cantar, bailar y amar libremente. Está ahí para cada uno de nosotros.  

La paz que Yo ahora traigo en mí, es diferente a la paz que soñé un día.
Cuando se es joven e inmaduro, se cree que tener paz, es hacer lo que se quiere, quedarse en silencio y jamás enfrentar una contradicción o decepción.
El tiempo nos va mostrando, que la paz es el resultado del entendimiento de algunas lecciones importantes que la vida nos ofrece.
La paz está en el dinamismo de la vida, en el trabajo, en la esperanza, en la confianza, en la fe.
Tener paz es tener la conciencia tranquila, es tener la certeza de que se hizo lo mejor o, por lo menos, lo intentó.
Tener paz es asumir responsabilidades y cumplirlas, es tener serenidad en los momentos más difíciles de la vida.
Tener paz es tener oídos que oigan, ojos que vean, y boca que digan palabras que construyan. Tener paz es tener un corazón que ama.
Tener paz es admitir la propia imperfección, es reconocer los miedos, las flaquezas, y las carencias.
Tener paz es respetar las opiniones contrarias, y evitar las ofensas.
Tener paz, es aprender de los propios errores. Es tener el valor de llorar o sonreír cuando sea necesario. Es tener fuerza de volver atrás, pedir perdón, rehacer el camino, agradecer.
La paz que ahora traigo en mí, es la tranquilidad de aceptar a los otros como son, y estar dispuesta a cambiar las propias imperfecciones. Es la voluntad de compartir lo poco que tengo, es admitir que no siempre tengo la razón, la certeza de la vida futura, y la convicción de que recibiré, de las leyes soberanas de la vida, lo que a ellas, haya ofrecido.
No cuentes los años… cuenta los recuerdos… 

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